El Verdadero Amor No Es Fingido, Aborrece Lo Malo Y Sigue Lo Bueno
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Romanos 12:9
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
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Miles de personas, que aún se hacen llamar cristianas, creen que el amor, es una especie de boleto a la permisividad y la tolerancia. Quienes piensan así, suponen que el amor lo valida todo, aun si esto es abiertamente nocivo.
Muy al contrario de esto la Biblia, la palabra de Dios nos dice que el amor debe ser sin fingimiento. Es decir que debe ser un amor que no lleve hipocresía en sí mismo, pero para que este amor posea tal cualidad deberá ser un amor que aborrezca lo malo y busque lo bueno. Y estas dos condiciones son las que hoy los: súper-amorosos, permisivos y tolerantes “cristianos” no poseen. Debido a ello es que su “amor” que tanto pregonan es falso, hueco, vacío e hipócrita, porque no esta basado en el aborrecimiento de lo malo ni tampoco en seguir lo bueno que es la verdad de Dios.
¡No lo tienen!
Su “amor” falso e hipócrita que ama lo malo y aborrece lo bueno; está basado más en sus sentimientos, sensaciones (sensuales) y en su propio parecer. En suma es un amor lleno de relativismo, donde lo dogmático y firme como es la palabra de Dios, sencillamente es desechado.
Pongamos un ejemplo claro y preciso:
En ocasiones hemos dicho que si alguno sigue y enseña un falso evangelio del reino ahora y la avaricia, sencillamente no es siervo de Dios, por cuanto predica un falso evangelio. Y nos sustentamos en los siguientes pasajes bíblicos:
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Gálatas 1:7-8
No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
1Timoteo 6:9-11
9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Juan 18:36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo;
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Al instante aparecen los super-amorosos, con sus ya conocidas letanías:
“No debemos juzgar, debemos amarnos los unos a los otros…
no nos toca dictar juicio contra nadie…
Dios nos ha llamado amar sobre todas las cosas…
en lugar de envidiarnos con temas religiosos entre uno al otro debemos predicar el amor de Dios…”
Si no conociéramos la Biblia, diríamos ¡Amén! A tales frases, más al conocer la verdad Bíblica, nos damos cuenta que este “amor”, manifestado en esas frases, por personas que también avalan lo falso; ¡es un amor fingido! Es un amor que no aborrece lo malo, en este caso el yerro doctrinal. Si no que aún lo practica y por eso lo defiende sutilmente. Es un amor falso que no sigue la verdad de Dios si no que aun la llama “religiosidad” y la desecha desvergonzadamente.
¡Ese un amor que no sirve para nada, por tolerante y por apañador de la maldad!
FINALMENTE:
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Si ya somos regenerados, ya somos salvos por Gracia y por la sola fe en el Señor Jesucristo, el amor de Dios que descansa ahora en nuestro espíritu, es un amor que se goza, léalo se GOZA en la verdad y no se DELEITA en la injusticia. Por ello, un verdadero creyente, no tolera lo anti-bíblico, lo detesta y hace todo lo posible, por amor de los inconversos y aun de los conversos, en declararles lo que dice la Biblia, así sea que esta verdad es dolorosa y aun tomada como agresiva. Lejos de amilanarse el salvo, sabe bien que su deber es el de anunciar a Jesucristo como el único Salvador y al hacerlo siempre confrontara ineludiblemente lo falso y la maldad.
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1Co 13:4,6 El amor […] no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
2Timoteo 2:10
Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
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¡EN ESO CONSISTE EL VERDADERO AMOR, NO FINGIDO, ABORRECEDOR DE LO MALO Y QUE SIGUE LO BUENO!
Hno. Rafael Salinas V.
Vara de Almendro 